La FIFA no tardó en reaccionar (ya que su normativa dice claramente que el uniforme del futbolista debe constar de tres piezas). Puma llevó a los tribunales a la FIFA, exigiendo una compensación de 2,5 millones de dólares y aduciendo que el máximo organismo del fútbol mundial actuaba presionado por Adidas, uno de los rivales de Puma, que es patrocinador oficial de la FIFA. Las supuestas ventajas, según Puma, era que al ser una sola pieza ceñida, se evitaban agarrones y se evitaba que los jugadores se quitaran la camiseta (!).